La agitada historia de España, que ve surgir la dictadura de Primo de Rivera, acompasa el creciente comopromiso político y la formación teórica de esta mujer que invade un mundo tradicionalmente masculino, el d la política, y que causa una auténtica conmoción en su medio, cuando se decide a escribir bajo el seudónimo que adquiriría años más tarde carácter de emblema, Pasionaria.