El realismo de estos relatos, impregnados de un fuerte sabor local, ofrece un retrato costumbrista de la sociedad asturiana de la época, y permite ir descubriendo la fuerte personalidad de la autora, su carácter obstinado, rebelde e indócil que rompe, desde muy temprana edad, con el molde esperado por su familia.
Dolores Medio escribió desde muy niña, y nunca dejó de hacer su diario, aunque no se había planteado la escritura como profesión. La celebridad y la fama le llegaron de forma inesperada, casi sin darse cuenta. La lectura de Diario de una maestra sumerge al lector en la desgarrada realidad social y política de la guerra civil, en el dramatismo de una protagonista que da cuenta de sus sensaciones más íntimas que se mueven entre el amor, el fatalismo y la muerte. La fuerza expresiva de sus descripciones y diálogos hacen de esta diario una obra representativa de la narrativa española de la postguerra.