Este libro ofrece un estudio de la construcción del yo intelectual moderno en una época como fue la del siglo XVIII, marcada por los cambios que dieron pie a nuestro tiempo. Pobres diablos clandestinos, traductores, zurcidores de sátiras, periodistas, escritores públicos, plagiarios, literatas, intelectuales cortesanos y respetables eruditos, que a veces no lo eran tanto, tienen espacio en estas páginas. Un panorama de apóstoles entregados a su misión y ministerio de ofrecer sabiduría a los lectores, y de arribistas que emplearon el sagrado don de la literatura para medrar. La historia de la búsqueda de un lugar en sociedad y el recorrido por las tribulaciones económicas hasta conseguir unos derechos de autor apenas respetados, así como una mirada a las instituciones científicas y culturales que acogieron a algunos de aquellos que quisieron trabajar al amparo del mecenazgo de la monarquía. Una mirada al final del Antiguo Régimen desde el punto de vista de los hombres de letras que quisieron convertir su actividad en una profesión respetable.