Doña Irene, viuda y madre de Paquita, concierta el matrimonio de su hija con don Diego, un rico solterón. La aparición de don Carlos, sobrino de don Diego, un rico solterón, vendrá a frustrar los planes de la viuda. Con es argumento, a primera vista tan simple, Moratín crea un alegato contra los medios educativos de la época y reivindica el derecho a una fe libre de fanatismo sy supersticiones a la par que aboga por la elección del amor, es decir, por los derechos del individuo y, esencialmente, de la mujer.
El sí de las niñas, comedia de crítica social, es considerada la obra maestra de Moratín. Con un tono bondadoso y un lenguaje tan cercano como preciso, creó una obra con la que empezó a establecer las bases del teatro español contemporáneo.
Es el autor comediógrafo más importante de la escuela neoclásica española: toda la alta comedia burguesa posterior del siglo XIX fue influenciada por él, su influcencia llegó incluso al siglo XX a autores como Jacinto Benavente. Sus máximas son: el teatro sirve como instrucción moral (escuela de buenas costumbres) y una acción que imite de modo verosímil la realidad. De ahí que sus obras tengan en común el contar una sóla historia en un sólo lugar y que toda la acción transcurra en un sólo día.
Nació en Belvís de la Jara (Toledo) en 1960. Científico titular del Instituto de la Lengua Española del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, colabora con el Instituto de Lexicografía de la Real Academia Española. Especialista en Literatura española de los Siglos de Oro, ha publicado Nuevos entremeses atribuidos a Luis Quiñones de Benavente (1996), Baltasar Elisio de Medinilla y la poesía toledana de principios del siglo XVII (1999) y ediciones como la de Jocoseria (2001), hecha con I. Arellano y J.M. Escudero.