Los personajes que viven, hablan e intervienen en estas fábula son predominantemente seres humanos (...) y es importante subrayar, porque puede servir para aclarar aspectos de la personalidad humana y literaria de Concepción Arenal, que en las fábulas humanas -no del mundo animal- los personajes son mayoritariamente masculinos: Concepción Arenal parece sentirse más cómoda con el mundo masculino y con interlocutores que sean hombres, no mujeres.