Un auge dramático en el número de publicaciones firmadas por mujeres anunció hacia mediados del siglo pasado que la mujer llegaba a ser definitivamente una protagonista de importancia en la cultura impresa de esta nación. Este fenómeno se debe en parte al impacto del movimiento romántico. La categoría más nutrida de estas producciones es la de la poesía. Y es que decenas de mujeres encontraron en una doctrina poética que revalorizaba el sentimiento y la espontaneidad un apoyo importante para hacer frente a la arraigada tradición del silencio femenino.