Los cuentos de Gabriel Miró, el gran poeta de la prosa, según lo denominó Dámaso Alonso, ofrecen una gran variedad temática. Son múltiples los diferentes ángulos desde los que el autor critica diferentes aspectos de la sociedad, al tiempo que realiza agudas reflexiones sobre los comportamientos tanto individuales como colectivos de los personajes que pueblan sus páginas. Estos cuentos, además, destacan como talleres experimentales donde Miró ensayó formulaciones variadas, ricas y expresivas.
Escritor español, de la llamada generación del 14 o el novecentismo. Se crió en un ambiente católico y tradicionalista, pero su educación en los Jesuítas lo convirtió en anticlerical. Tenía una gran sensibilidad por los colores, aromas, texturas y sonidos que supo dejar plasmada en sus obras. Entre sus escasas amistades estaban el compositor Óscar Esplà, el pintor Emilio Varela y a Azorín.
Entre sus obras podemos destacar Las cerezas del cementerio, obra que marca su madurez literaria, El abuelo del rey, Figuras de la Pasión del Señor (1916-17) y Libro de Sigüenza, con el que Miró inicia las obras de carácter autobiográfico, a la que seguirá El humo dormido (1919), y Años y leguas (1928).
Los relatos de Miró son casi novelas líricas y se caracterizan por la descripción de sentimientos más que la acción, por que podríamos definirlo como un poeta en prosa. Miró fue tomado como modelo por los novelistas de la Generación del 27.