Si Niño y grande es una novela de amor era lógico que Miró introdujese elementos vinculados a la enfermedad y a la muerte, temas que siempre ocuparon y preocuparon al escritor. Rara es la obra de Miró en la que no aparezca una meditación sobre la muerte, como igualmente rara es la obra en la que no se produzca una meditación, paralela, sobre el amor. Algunos aspectos muy queridos por Miró, como el tema de la luz y la oscuridad, del conocimiento profundo que supone la mirada, están muy bien presentados en Niño y grande.
(De la Introducción de Carlos Ruiz Silva)
Escritor español, de la llamada generación del 14 o el novecentismo. Se crió en un ambiente católico y tradicionalista, pero su educación en los Jesuítas lo convirtió en anticlerical. Tenía una gran sensibilidad por los colores, aromas, texturas y sonidos que supo dejar plasmada en sus obras. Entre sus escasas amistades estaban el compositor Óscar Esplà, el pintor Emilio Varela y a Azorín.
Entre sus obras podemos destacar Las cerezas del cementerio, obra que marca su madurez literaria, El abuelo del rey, Figuras de la Pasión del Señor (1916-17) y Libro de Sigüenza, con el que Miró inicia las obras de carácter autobiográfico, a la que seguirá El humo dormido (1919), y Años y leguas (1928).
Los relatos de Miró son casi novelas líricas y se caracterizan por la descripción de sentimientos más que la acción, por que podríamos definirlo como un poeta en prosa. Miró fue tomado como modelo por los novelistas de la Generación del 27.