Mariona Rebull se publica en 1944 con un gran éxito que dura hasta los años setenta, incluidas varias traducciones. En 1946 se lleva al cine y en los setenta sale la serie televisiva La saga de los Rius. Es la crónica social de una época a la vez que una historia de amor, que es la línea central del argumento y el punto del que derivan y en el que convergen los restantes episodios de la acción. En esa historia de amor (o desencuentro amoroso) se distinguen dos partes: una, el noviazgo entre Joaquín Rius y Mariona; la otra, el matrimonio que fracasa y deriva al adulterio femenino, uno de los temas clásicos de la novela del XIX, que el autor recupera, con los tres personajes del triángulo: el marido austero y aburrido, la casada insatisfecha y soñadora y el amante vividor y frívolo. Pero, aunque Agustí creía que la novela como género poseía unos rasgos inmutables (narrador omnisciente, orden cronológico, descripción y caracterización de los personajes), su propia trayectoria narrativa confirma suficientemente que la novela realista en el siglo XX tampoco en su lenguaje podía ser idéntica a la escrita en el XIX.
El estilo de Agustí, el tono lírico de su prosa, con su adjetivación profusa y reiteradas imágenes vanguardistas, son muestra inequívoca de ello. Sólo tras el simbolismo y el nuevo lenguaje del XX, se explican palabras como éstas, que se refieren a Mariona y que son, igual que un verso, indescifrables:Luego, los días de la convalecencia.La lluvia, el sol a trechos, la higueradesnuda en la lontananza...