Las obras incluidas en esta antología se escribieron entre 1780 y 1805. Antes de 1780, fuera de las poesías y de las dos piezas dramáticas, los escritos conocidos de Jovellanos son obras de circunstancias. Después de 1805 redacta muchas e importantes cartas, informes y consultas. Una buena parte de los escritos de Jovellanos son consecuencia directa de los cargos que desempeñó.
(De la Introducción de José Miguel Caso González)
Gaspar Melchor de Jovellanos y Jove Ramírez es una de las personalidades más apasionantes de todo el siglo XVIII español, carácter forjado en un periodo de la historia complejo y ambiguo, con muchas tensiones y con grandes avances y retrocesos que darán pie a debates en todos los campos, cultural, político y folosófico. Jovellanos vivió su época con una intensidad desproporcionada a la de su propia fortuna personal, que le acabó siendo injustamente adversa.
Estudió en Oviedo, Osma, Ávila y Alcalá preparándose para la carrera eclesiástica que finalmente abandonó para trabajar en la Administración del Estado. En 1767 le nombran Alcalde del Crimen de la Real Audiencia de Sevilla, ciudad en la que vivirá hasta 1778, donde descubrirá autores franceses como Montesquieu, Voltaire y Rosseau, de la mano de Pablo de Olavide. De esta época son, la tragedia Pelayo (1769) y el drama El Delincuente honrado (1773), así como la traducción del canto primero del Paraíso perdido de Milton y de otras composiciones poéticas francesas. Sevilla provocó, también, los primeros amores de Gaspar Melchor. Seguirá su carrera política en Madrid.
En Madrid ocupará diversos cargos y redacta diversos estudios sobre la economía de España, entre los que destaca el Informe sobre la Ley Agraria, en el que aboga por la liberalización del suelo, recogiendo el pensamiento liberal, norma sobre la que el Consejo de Castilla había volcado sus esperanzas para reformar y modernizar el agro peninsular. Plenamente integrado en la vida cultural madrileña, fue miembro de la Real Academia de la Historia (1779), de la Real Academia de San Fernando (1780) y de la Real Academia Española (1781). Sin embargo, el inicio de la Revolución francesa paralizó con Carlos IV las ideas ilustradas y apartó de la vida pública a la mayoría de los pensadores avanzados. Posteriormente se dedicó a diversos informes sobre minería viajando por Asturias y Salamanca, pero cuando regresa al poder Godoy manda encarcelarlo y pasa 7 años en la Cartuja de Mallorca y en el castillo de Bellver hasta que José Bonaparte llega al poder y es liberado en 1808.