EDICIÓN REVISADA Y ACTUALIZADA
Es la larga trayectoria literaria en la que se basa esta obra, donde se relata la historia legendaria de los amores del rey castellano Alfonso VIII, casado con Leonor de Inglaterra, con una hermosa judía de Toledo llamada Raquel. En ella delega el monarca el gobierno de sus reinos, y Raquel se verá inmersa en una trama político (y amorosa) que plantea muchos de los problemas de la época. Mal aconsejada por Rubén, el desgobierno y los desmanes darán lugar a una rebelión popular a favor del rey y en contra de la judía. Al fin, la razón triunfa y se impone al sentimiento: Alfonso rey vence al Alfonso hombre, que sufre por la pérdida de la mujer a la que ama...
Estrenada en Madrid en 1778, en pleno auge de la tragedia neocláisca, cada una de las jornadas de Raquel ha sido concebida como una auténtica minicomedia; gracias a la brillante y peculiar forma de asumir la preceptiva, renovándola, y a la concepción de sus personajes, supuso la consolidación del género y es, sin lugar a dudas, la obra cumbre del teatro dieciochesco español
Vicente García de la Huerta fue uno de los escritores más interesantes y casi nos atrevemos a decir más conmovedores del siglo XVIII por la entereza y el tesón con que defendió un ideal decadente contra los nuevos valores ideológicos -y estéticos- suscitados por una sociedad en transformación y dirigida por un gobierno absolutista.
Poeta y dramaturgo español, hermano del sacerdote y también escritor Pedro García de la Huerta.
En Madrid, llamó la atención por su arrogancia y su belleza y al final de su vida dirigió la Biblioteca Nacional, pero lo despidieron porque sus enemigos levantaron sospechas sobre él. La publicación de su colección de piezas de teatro del Siglo de Oro Theatro Hespañol (sic)( 1785-1786) le supuso severas críticas por parte de los que entendieron exclusiones tan arbitrarias como la de Lope de Vega, su creador, y afectaron a su raciocinio. Murió en Madrid, sin llevar a cabo su afán de reavivar el drama nacional. Su Agamemnon vengado proviene de Sófocles, traducido de Voltaire, y su Raquel es neoclásica en cuanto a formato, aunque no en contenido.