Edición de Tomás Rodríguez.
Tres personajes son los protagonistas de esta historia: Felipe, hilo conductor del relato; Zarco, el juez, apasionado amante y fiel cumplidor de la Ley, y Zahara, la verdadera protagonista del cuento, auténtica heroína que mata por amor y es condenada por su amante. Escrita en 1853, El clavo es una narración breve de tema amoroso, pero con atractivas características propias del relato policíaco. La historia, según el autor, fue tomada de «una causa célebre que me refirió cierto magistrado granadino cuando yo era muchacho».
Además, este volumen incluye El capitán Veneno, una obrita entretenida e irónica que desarrolla un tema de hondas raíces literarias: el «varón domado», en este caso, semejante al de la «fierecilla domada». En El extranjero el escritor granadino renuncia a los impulsos patrióticos, evidentes en otros relatos suyos, y denuncia la crueldad, el ensañamiento, la falta de clemencia, que salpican aquí a combatientes españoles, revelando de este modo el horror y la injusticia de la guerra. Finalmente, El libro talonario ofrece un cuadro delicioso, pleno de humor y frescura, en el que no faltan los apuntes costumbristas.
Hoy se admite con unanimidad que Alarcón destacó, sobre todo, en los géneros narrativos cortos: novela corta y cuento. El clavo está considerado como uno de los más atractivos, de ahí que sea un clásico en las recomendaciones para lectura en colegios e insitutos, pero del que también podrán disfrutar los adultos.
Nueva edición
Nació en Guadix en el seno de una familia acomodada por lo que pudo estudiar en la Universidad de Granada. Fue un hombre de ideas liberales, revolucionarias, que iban evolucionando tanto como sus personajes. Estudió derecho, y se inició en la carrera eclesiástica, pero finalmente acabó haciendo periodismo, fundando y dirigiendo El Eco de Occidente, junto a Torcuato Tárrago y Mateos.
En 1854 fundó en Madrid el periódico satírico El Látigo, con ideología antimonárquica, republicana y revolucionaria. Más tarde participó como soldado y periodista en la guerra de África, lo que le proporcionaría un material fundamental para su obra Diario de un testigo de la guerra de África, en el que se descata la descripción de la vida militar. Sus viajes por Italia y España tras la guerra le permitieron cultivar también la literatura de viajes.
Como integrante de la Unión Liberal ostentó diversos cargos, de los que el más importante fue el de consejero de estado con Alfonso XII, en 1875. Fue también diputado, senador y embajador en Noruega y en Suecia y, además, académico de la Real Academia de la Lengua desde 1877. Hacia 1887, convencido de que en el camino del realismo lo había dado todo, se condenó al silencio, hasta su muerte.
Entre sus obras más conocidas destacan: Diario de un testigo de la guerra de África (1859), De Madrid a Nápoles (1861) y La Alpujarra (1873). En 1874 publicó El sombrero de tres picos. Cosas que fueron (1871) y sus poemas juveniles en Poesías. También intentó el teatro con su drama El hijo pródigo, estrenado en 1875, El niño de la bola (1878) y La Pródiga (1880), un alegato contra la corrupción de las costumbres y El capitán Veneno (1881). Pedro Antonio de Alarcón es ante todo un narrador muy habilidoso, capaz de mantener el interés en una historia y no dejar que decaiga la acción y con un toque romántico en sus personajes.
Doctor en Literatura Hispánica por la Universidad Complutense, se ha dedicado durane años a la eseñanza de la lengua y la literatura españolas.
Es autor de distintas publicaciones de carácter profesional, en especial artículos y ediciones didácticas de autores consagrados.
Para la colección Castalia Prima ha preparado: Jóvenes protagonistas (C.P. 32), antología de cuentos de autores contemporáneos; El clavo y otras narraciones (C.^P. 37), que contiene distintos textos de Pedro Antonio de Alarcón y Relatos de hoy I (C.P. 37) y Relatos de hoy II (C.P. 66), ambos volúmenes conforman una sugestiva antología de relatos juveniles.