Gonzalo de Berceo es el primer escritor en lengua castellana que llega hasta nosotros con nombre y apellido. Del conjunto de sus obras sobreslen los Milagros de Nuestra Señora, colección de veinticinco Milagros precedidos por una introducción alegórica en los que se recogen las tradiciones más vigorosas y populares del s. XIII. Gracias a su sencillez y a su frecura, estos relatos piadosos, nacidos en su día con el propósito de conmover a los fieles y despertar su devoción, mantienen todavía su ingenuo encanto y perviven con inusitada fuerza. En esta edición, Daniel Devoto ha conseguido plasmar los Milagros en castellano moderno sin por ello perder el aroma especial del texto original.
"Él vierta añejo vino en odres nuevos", M. Menéndez Pelayo
LAS OBRAS MÁS IMPORTANTES DE LA LITERATURA CASTELLANA MEDIEVAL SE HAN VERTIDO AL LENGUAJE ESPAÑOL MODERNO PARA PONERLAS AL ALCANCE DE TODOS LOS LECTORES.
Gonzalo de Berceo (Berceo, c. 1198 - antes de 1264) fue un poeta medieval nacido en Berceo (La Rioja), uno de los máximos representantes del mester de clerecía que profesó como monje en el monasterio de San Millán de la Cogolla, llegando a ser notario en efecto del abad Juan Sánchez (1209-1253).
A principios del siglo XIII, el monasterio de San Millán atravesaba un periodo de decadencia de su antiguo esplendor, que el poeta intentó combatir con sus escritos, que fomentaban la devoción, las peregrinaciones y las donaciones en torno a las reliquias de los santos que conservaba el monasterio.
Berceo depuró el idioma castellano, en su variedad dialectal riojana, para lo cual incluyó vocabulario desde el latín y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría.
Sus obras narrativas y didácticas en verso tratan siempre sobre tema religioso, y están constituidas fundamentalmente biografías de los santos, en especial aquellos a los que se rendía culto en los monasterios con los que estuvo vinculado. Actualmente, su obra más conocida son los Milagros de Nuestra Señora. Otras obras suyas son El duelo que fizo la Virgen María el día de la Pasión de su fijo Jesu Cristo, Del sacrificio de la Misa, De los signos que aparecerán ante del Juicio, el Martiryo de Sant Laurencio, los Loores de Nuestra Señora y tres Himnos, dedicados a Jesús, el Espíritu Santo y la Virgen.
Se han conservado sus doce obras a través de copias de dos códices, uno desaparecido de hacia 1260, y otro desmembrado de hacia 1325.
Hubiera querido consagrar su vida plenamente a la música. De hecho, en ella empezó su carrera profesional como profesor en la Universidad de Cuyo, a partir de 1945, y, también, como compositor y concertista. A esta misma época se remontan sus primeras composiciones líricas, aunque escribió poesía hasta el final de sus días.
Fue a partir de instalarse en París, en los años 50, cuando se dedicó realmente a la enseñanza y al estudio, no sólo, y siempre, de la música, sino también de la literatura española, especialmente de la poesía lírica y de las relaciones entre el folklore y el romancero en autores como Gonzalo de Berceo, don Juan Manuel o García Lorca. Riguroso y exigente consigo mismo, Daniel Devoto fue, sin duda amante y maestro en toda actividad que se propuso. Y buen ejemplo de ello es la versión que nos legó de Milagros de Nuestra Señora en español moderno y que, todavía hoy, lectores de todas las edades leemos con justo.