... las damas de la reina, cuando no la propia soberana, que habitualmente eran las inspiradoras del canto de los trovadores y poetas, fueron también en ocasiones ellas mismas autoras de versos. Sus intervenciones fueron ciertamente esporádicas y circunstanciales, y casi siempre en lo que podríamos llamar una poesía colectiva y, las más de las veces, pública en su realización: intercambios poéticos entre la dama y el caballero, preguntas y respuestas, o juegos y fiestas caballerescas en las que se exhibían espectacularmente devisas y motes.