Es unánime la crítica al afirmar que La esfinge maragata y El metal de los muertos marcan el período áureo de la creación literaria de Concha Espina. Ambas novelas la revelan como creadora de mundos novelescos, con sensibilidad observadora y capaz de encontrar un equilibrio armonioso entre la ficción novelesca y la realidad humana. La esfinge maragata se publica en 1914 en las ediciones Renacimiento. Sabemos por la autora cómo recorrió la Maragatería y cómo tuvo conocimiento de un país en el que normalmente sólo habitaban mujeres.
Trata del sacrificio de Florinda (Mariflor) Salvadores, que se va con su abuela al pueblo de Valdecruces, mientras su padre tiene que emigrar. En su viaje en tren se enamora del poeta Rogelio Terán y es correspondida, pese a tener acordado previamente un matrimonio con su primo Antonio, que resolvería la ruina familiar. La miseria de la región impresiona a Mariflor: los hombres abandonan sus casas; Marinela ingresará en un convento como una salida desesperada a su situación; otras como ella misma se ven obligadas a aceptar matrimonios de conveniencia pactados por sus familiares...
(Santander, 15 de abril de 1869-Madrid, 19 de mayo de 1955) A los trece años se traslada desde su casa en la calle Méndez Nuñez a la casa de su abuela paterna en Mazcuerras donde comenzarán sus inquietudes por la literatura y comenzará ha escribir. El 14 de mayo de 1888 publicó por primera vez en El atlántico de Santander unos versos usando el anagrama " Ana Coe Snichp".El 12 de enero de 1893, se casa con Ramón de la Serna y Cueto junto al que tiene cinco hijos. Su incipiente éxito como escritora incide en su matrimonio, debido a los celos profesionales de su marido, siendo uno de los mayores motivos por los que la pareja se separaria en 1909 y juridicamente en 1934. Cocha se quedaría en Madrid con sus hijos y Ramón en México.
Aunque escribió estudios, poesia y otros muchos géneros, es con su narrativa tanto en cuentos como en novelas con los que alcanzó la notoriedad y el reconocimiento la escritora cántabra. Escritora ilustrada y una de las mentes más preparadas de la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Espinas también tuvo colaboraciones con diversos periódicos como El Correo Español de Buenos Aires y en España con La Libertad, La Nación y el Diario Montañes de Cantabria. Además tras la Guerra Civil también colaboraría en periódicos como el ABC de Sevilla y escribió novelas testimoniales como Retaguardia, Diario de una prisionera o Luna roja
Concha Espina murió a la edad de ochenta y seis años, el 19 de mayo de 1955 en Madrid.
Doctora en Filosofia y Letras, Catedrática de Lengua y Literatura de Instituto y de Escuela Universitaria. Ha sido colaboradora del Seminario de Lexicografía de la Real Academia Española y de la Cétedra-Seminario Menéndez Pidal. En la actualidad ejerce como Catedrática y Directoria en el Instituto "Bernaldo de Quirós" de Mieres. Ha publicado trabajos sobre el bable y su expresión literaria, así como acercamientos a la obra de Cela, Carpentier, Antonio Gala, Pedro Salinas y Neruda.