Aire nuestro, conjunto de cinco volúmenes de poesía que Jorge Guillén nos legó a lo largo de sesenta y cinco años de creación ininterrumpida y seria, viene a resultar una obra compacta. Es, por otra parte, una obra muy en consonancia con la vida de su autor, quien evoluciona a través de la Historia sin perder la perspectiva de su propia creación. Enamorado del mundo en que le tocó vivir, Guillén cantó sin cesar sus maravillas, pero su continua mirada hacia ese mismo mundo le permitió descubrir sus múltiples lacras, que también supo -porque amaba al mundo y a sus criaturas- delatar. Profesor de Literatura como era y se consideraba, se sentía conocedor de muchas claves que la mayor parte de los hombres no estaban en disposición de entender, unos porque no habían leído; otros, porque no habían sabido interpretar. Él ha proporcionado muchas de esas claves a lo largo de unas 2500 páginas de poesía, aunque, por desgracia, los lectores no han pasado -en su mayoría- de las páginas, desde luego, espléndidas, de Cántico. Con esta edición antológica de los textos guillenianos, Los grandes poemas de Aire Nuestro, se pretende proporcionar al lector interesado en la obra de nuestro autor una selección de sus poemas más grandes, tanto en magnitud como en excelencia.
(De la Introducción de Antonio A. Gómez Yebra)
Poeta y crítico literario español, integrante de la Generación del 27.
Por su inclinación a la poesía pura, algunos críticos lo consideran el discípulo más directo de Juan Ramón Jiménez. Guillén entra tarde en el terreno literario, hasta los treinta y cinco años no publica su primer libro, Cántico, que irá ampliando en sucesivas ediciones, ya que siempre pensó en su obra como si fuese un todo, dándole el título general de Aire nuestro. Guillen es el poeta del optimismo. Su frase es: «El mundo está bien hecho» le acarreó problemas con los poetas existencias de la postguerra por lo que más tarde la matizará en su obra Clamor diciendo «El mundo de los hombres está mal hecho».