Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, era un hombre de principios, fiel vasallo y persona honrada. Desterrado por el rey, deja mujer e hijas en su tierra y lucha por la recuperación de su honor. Aguerrido y temible en la lucha, siempre fue generoso y dio muestras de humanidad con los vencidos, y tales fueron sus hazañas que su fama se extendió por toda la península y muy pronto se convirtió en un héroe admirado por el pueblo.
Con la adaptación de Francisco Alejo nos resultará fácil y atractivo conocer las hazañas del Cid en un relato fiel al original transmitido por los juglares, en una lengua que suena antigua pero que reconocemos como actual, con unas referencias históricas, culturales y geográficas que nunca han dejado de estar cercanas.
"Mío Cid salió de Vivar para dirigirse a Burgos. Con los ojos llenos de lágrimas, llorando en silencio, volvió la cabeza y se quedó mirando...".